Yoga para niñ@s



Las clases de yoga para niños no son como las clases de yoga para adultos porque los niños y adultos son distintos físicamente y psíquicamente y tienen necesidades distintas. En una clase de yoga para niños se "juega" al yoga, trabajando las posturas clásicas combinadas con ejercicios de concentración, juegos de coordinación, ejercicios de respiración, ejercicios y juegos para estimular la creatividad, la imaginación y la autoexpresión.  Y a través de este trabajo físico se desarrolla una conciencia corporal y a la vez una conciencia emocional.  Por ejemplo, trabajando la respiración el niño ve como se encuentra en ese momento, que siente.  
También se practican técnicas de concentración y de introspección de forma seria y de forma lúdica.  Se hacen meditaciones en movimiento y con mantras; se practica la concentración visual con la ayuda de mandalas u otros objetos; y se enseña la relajación consciente y guiada para desarrollar más conciencia corporal y emocional.  Por ejemplo, con pensamientos positivos: descansa en paz, eres bello, escucha en silencio.
Por otro lado, se enseña un estilo de vida desde la alimentación, como acostarse o levantarse hasta la higiene yóguica.  Desarrollamos un código de ética, por ejemplo la cooperación, ayudar a los demás, como convivir, el comportamiento respetuoso y honesto, por ejemplo en cómo hablamos.  Y por último se puede enseñar pinceladas teóricas sobre una gran variedad de temas desde la anatomía hasta la filosofía yóguica pero en el lenguaje de l@s niñ@s.
Se trabaja en grupo, en pareja y de de forma individual.  Cada clase tiene una variedad de actividades, enfoques y estímulos.  Hay partes lúdicas, otras serias pero siempre se incluye una parte en silencio para desarrollar la escucha interior.  Todo lo que se hace en la clase de yoga tiene el fin de  desarrollar las capacidades innatas del niño y su auto-conocimiento y de esta forma  vivir más plenamente y de forma más sana.
La realidad del niño
L@s niñ@s viven en un  mundo y una sociedad  consumista, competitiva, egoísta donde todo cambia rápidamente y constantemente.  Están sujetos a altos niveles de contaminación atmosférica y acústica y aunque parecen resistentes, los niños son muy sensibles y todo repercute en su sistema nervioso.  Hay niños que padecen estrés infantil.  En cuanto a la alimentación, la dieta de los niños, lleva aditivos, conservantes y pesticidas, las cuales imitan las hormonas y sobre-estimulan el sistema nervioso. 
Puede que haya incomunicación, insatisfacción, y una descompensación afectiva en algunos casos y en los peores de los casos depresión.  Por todas estas razones, se puede decir que los niños necesitan alternativas, una educación complementaria a la tradicional para darles las herramientas para poder enfrentarse a estos retos de la vida moderna.
Beneficios del yoga -Como puede ayudar al niño
  • equilibrio de los hemisferios cerebrales
  • mente más calmada
  • mejor capacidad de concentración
  • mejor respiración
  • fortalece el sistema inmunológico y el funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo
  • mejor manejo de la vida diaria y de las emociones, mayor auto-dominio
  • ayuda con el súbito crecimiento de huesos cuando los músculos y las fascias no acompañan
  • más fuerza física y flexibilidad física y psíquica
  • mayor auto-disciplina
  • no es una terapia, pero puede tener efectos terapéuticos porque trabaja los síntomas
  • mayor conocimiento del propio cuerpo y sus procesos
  • ayuda al niño a  ser un humano seguro con mayor autoestima
  • ayuda al niño a que se exprese emocionalmente y libremente.
  • pasarlo bien!


Metodología
L@s  niñ@s son seres libres, puros, creativos, dispuestos a recibir estímulos y sin prejuicios.   Para desarrollar estas capacidades innatas la manera de dar las clases es aprender enseñando.  El niño llega a dirigir una parte de la clase, o enseña a su familia lo que ha aprendido en clase y así aprenden sin imitar al profesor y desarrollan su propia creatividad usando sus propios criterios.  
Por otro lado se enfoca el trabajo para que lo que aprendan lo integren en la vida cotidiana.  Se fomenta disciplina y un sentido de responsabilidad, pero no de sobrecarga.   Por ejemplo:   con la práctica de las posturas y la meditación –  el niño practica antes de dormir para no estar nervioso antes de un examen.
El papel del profesor/de la profesora es de un facilitador.   Hay una relación de igualdad y respeto, pero con papeles distintos y  el aprendizaje es mutuo.  Un buen profesor pone límites pero no aplasta al niño.  Ayuda al niño a no tener miedo a expresarse, evita etiquetas y transmite las herramientas de yoga.  El profesor ayuda a desarrollar lo innato en el niño, primero con clases creativas y dándoles la oportunidad de ser creativos. Un ejemplo:  se puede compartir lo mejor y lo peor de la semana, y si alguien tiene un problema para dormir, los demás niños aportan soluciones.